jueves, 15 de diciembre de 2016

A través del cristal.

El la miró reír a través del cristal, esa risa le alegraba los días pasase lo que pasase. Una grande y resplandeciente sonrisa que tiraba de los labios que tanto amaba besar y que recitaban palabras que amaba escuchar. Sus ojos se iluminaban cada vez que ella sonreía, como iluminaba el mundo alrededor. Esas pequeñas perlas que en ocasiones le observaban con eterno amor y adoración. Una adoración que el no llegaba a creer merecer. Fue entonces cuando ella giró su cabeza desnuda y le vio observándola, hizo un gesto gracioso y le sacó la lengua mientras le indicaba que entrase. Abrió la puerta entrando en la pequeña habitación y enseguida le inundó el característico olor de esa sala, pero no dudó en agrandar su sonrisa al acercarse a ella y besarla. Besarla suavemente con cuidado de no presionar donde tenía la vía en la parte interior del codo. Ella estaba muy sonriente, el no pudo evitar estarlo a pesar de la tristeza de la situación. Acercó su mano para acariciar su nuca sin rastro de pelo. Ella era su princesa por siempre, su hermosa princesa, y un cáncer no podría con su hermosa y valiente princesa. Nunca lo permitiría.

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