viernes, 17 de abril de 2020

la noche del 18 de octubre.

En esos 15 minutos me hizo temblar, sonreír, enamorarme y volver a este prisma.

Todo comenzó con "Tengo muchas ganas de besarte". Y mis mejillas ardían.

Los primeros 5 me volvió loca de ganas, sabéis lo que es temblar por la energía contenida en tu cuerpo? El pulso echándose una carrera con la respiración a la velocidad de la luz. Aunque poca luz había, y ni falta que hacía.

Después me preguntó si esto estaba bien, si deberíamos dejarnos ir, si nos arrepentiríamos. No supe responderle más que solo lo sabríamos haciendolo. Me podía su mirada contra mi razón. 

Los próximos 5 nos dedicamos a retarnos con la mirada. A veces se nos iba para otra parte pero volvíamos siempre mirada contra mirada. En momentos sonrientes, en momentos con más seriedad e intención. Pero os juro que nunca 5 minutos se me habían hecho tan íntimos, tan intensos, tan abrasadores, pero a la vez tan tímidos.

Hasta que me cansé de mirarle a medio metro de distancia y le di un tironcito que respondió con uno mas fuerte con el que acabé frente a frente.

10 minutos de roces, de caricias, de oler el perfume de su cuello, rozar la suavidad de su piel y pelo. Y cuando creía que ibamos a limitarnos a sentirnos, nos besamos. Y entendí por qué me había preguntado si deberíamos dejarnos ir. Porque era mucho, era demasiado. Demasiado bueno. Y no sé si estábamos listas. 

Aún hoy, meses después de todo aquello, dudo si lo estábamos. 

jueves, 20 de junio de 2019

Blanco y negro

Hace poco una persona me dijo que una de las grandes dicotomías del ser humano, en su opinión, es Si prefiere el blanco o el negro.
Puede parecer una cuestión intrascendente, o infantil (yo misma lo creí por un momento y me reí en silencio mientras veía que seguía escribiendo), pero me lo desarrolló un poco más.
Habló de taoísmo, del ying y el yang, las dos fuerzas opuestas pero que se complementan la una a la otra.
Entendí la referencia, pero manifesté mi preferencia por el negro, e irónicamente, por un segundo, me quedé en blanco.

Después dejé de pensar y solo sentí el negro.
Vi que es un color vacío, pero a su vez lleno de todo. Puede parecer un hueco sin nada, que da miedo porque no se ve que hay...
Esta persona me dijo, No te despierta sombra? Y pensé, Qué es la sombra? Sino otro tipo de luz diferente? Y pensé en un eclipse. Cuando hay un eclipse (solar) se dice que va a dar sombra, pero yo creo que nos permite ver las cosas con otra luz, una que deja ver mucho más que la usual. Y que hay cosas cosas que con la oscuridad se ven mucho más claras, curiosamente.

El blanco descubrí que me resulta incómodo, no me di ni cuenta y ya lo sabía. es un color que lo expone todo, no deja nada a la imaginación ni guarda ningún secreto, y para mí eso hace que se pierda todo el misterio de las cosas.

Y por eso he decidido escribir hoy, porque quiero seguir encontrando ese misterio en las cosas, en la gente, y dejarme fluir... En negro.

jueves, 6 de junio de 2019

Estoy enfadada.

Sí, estoy enfadada contigo, por no valorar lo que tienes delante de ti.
Y no hablo (solo) de mí, sino de todo a tu alrededor.
No valoras el tiempo que te dedican las personas a tu alrededor.
No valoras el aire que respiras, el agua que bebes, la tierra que pisas.
Tampoco estás valorando que tu mascota se acerque a ti en busca de un poco de cariño en tus protectores brazos.
O el calor que da el sol en tu piel cuando ya está atardeciendo y no quema.
Ni las gotas de lluvia que ruedan por tu cara, por tu pelo, hasta resbalar de tus dedos en caída libre al suelo.
Tampoco la comida que te llevas a la boca cuando tu estómago lleva mucho exigiéndola.
Creo que no valoras el piar de los pájaros cuando estás tumbada en un césped rodeada de árboles, sonido que omites por costumbre, pero que si te paras a escuchar es hermosísimo.
No pareces valorar los besos, los abrazos, las caricias que pueda darte mientras nos recostamos en cualquier superficie a hablar sobre cualquier asunto.
Ni los te quieros que arrancas de las personas que te los dedican.
Aún sin recibirlos de vuelta.
No valoras los orgasmos, los gritos, los llantos, las carcajadas y los gemidos. Los insultos, los apelativos cariñosos, las palabras de consuelo o de ánimo.
Pero sobre todo no valoras tu vida.
No valoras la suerte que tiene una persona como tu de estar VIVA, de estar AQUÍ y AHORA y de poder disfrutar de todo lo que tienes a tu alcance.

Por favor, valóralo.

Y no dudes, haz lo que sientas sin pensarlo tanto, valora que tienes la posibilidad de hacerlo.
Vive, ríe, come, canta, folla, bebe, respira, grita, ama, demuéstralo. Y sonríe. Porque estás viva y aún puedes hacerlo todo otra vez.

Valoralo, valórate, valorame.

domingo, 21 de abril de 2019

Hoy voy a

Me da rabia.
Me da mucha, muchísima rabia.
Ir a contracorriente a veces.

Que cuando estoy bien a mi bola, alguien quiere atarse a mí. 
Que cuando encuentro alguien a quien anclarme, que no atarme, quiere estar a su bola.

Y esque ya no sé si son las personas que no me merecen, o si soy yo el problema y no quieren estar conmigo, porque con otras sí.
Porque duele sentirse insuficiente para cualquiera.
Sentir que cuando parece que algo te ilusiona y funciona, se corte por "sentir demasiado". 
Ver que con la persona con la que contabas y te sientes agusto, se repita la misma historia.
Saber que no puedes hacer nada mas que esperar y dejarle espacio a las personas, que cada una tiene su ritmo, su forma de ser, de actuar, de sentir...

Pero y yo?
No merezco la pena?
Creo que me merezco que me quieran, porque joder, tengo mucho que dar.
Y hostia, es muy guay y muy bonito, y sin echarme flores...    Qué coño?      Sí, me las echo.    Y qué?

Te prometo que si te das la oportunidad, lo vas a flipar, porque como amiga, compañera, follamiga, novia, conocida, exnovia, intensita... Soy muy buena.

Y ya estoy harta de que todo me salga mal, hoy voy a



martes, 26 de marzo de 2019

Qué bonito es.

Qué bonitas las personas.
Qué bonitas aquellas que, por simple que sea, te dedican una sonrisa. Aquellas que te hacen cosquillitas sin pedirlo, o te besan la frente de la nada. Esas que te piden un abrazo con ganas, o las que te llaman solo para charlar. Las personas que te llevan al cine a ver una peli que tenías ganas, o te invitan a su salón. O las que en una tarde de domingo te llevan a tomar el sol al río. También quien te descubre sitios nuevos y bonitos, o quien tiene ganas de descubrirtelos. Qué bonito cuando se acuerdan de tí de repente, y te escriben para ver qué tal te va. Bonito también es que te digan "Vámonos de viaje, a donde sea", o quizá a Berlin, Madrid, Bollullos o La habana... Porque lo bonito es la compañía. Pero lo bonito es, de verdad, ver que por un momento una persona te dedica algo, lo que sea, un mensaje o un simple emoticono. Que te digan "Bonitx". Compartir un café. Mirarse a los ojos y no poder evitar suspirar y sonreír, por saber que esa persona será tu ruina... Pero qué ruina tan bonita.
Pero lo más bonito de todo es, dentro de tanta mierda,
encontrar 
                        lo 
                                           bonito.

domingo, 3 de febrero de 2019

La veía pasar.

Miraba por la ventana, esperando poder verla pasar. Todos los días sobre aquella hora, mientras aprovechaba para tomar el café, veía pasar a la morena. No sabía nada de ella, únicamente que iba a alguna parte a diario menos los domingos y que adoraba el negro. Ya no me molestaba en ocultarme, pues ella iba absorta en la música de sus auriculares y la pantalla de su teléfono. Temía que un día por no mirar, tuviera un accidente, pero me resultaba tan cautivadora la forma que tenía de abstraerse del mundo real que no me atrevería a interrumpirle. Admiraba desde la silla de mi cocina su trayecto de lado a lado de la calle, con su ondeante cabello negro y sus apresurados pasos. Sus ojos, oscuros y cubiertos con un maquillaje que hacía que su expresión resultase felina, observaban incansablemente el aparato con una sonrisa. Esa sonrisa, rodeada de unos carnosos y rojizos labios que incitaban al pecado. Yo incluso celaba a aquella persona merecedora de tal maravilla. Era pequeña, delgada, de esas que te apetece atraparla entre tus brazos y no soltarla. Además otra cosa que sabía de ella, es que siempre iba sola. Parecía tener siempre a alguien detrás de una conversación por teléfono, pero nunca iba acompañada. También adoraba el frappé de vainilla, los phoskitos y el esoterismo. Siempre llevaba algún amuleto, o elemento relacionado con la magia, la brujería... Y a mi no me extrañaba en lo absoluto, porque a mí me había hechizado. Cómo me encantaría acercarme y entablar conversación con ella en vez de mirarla como si fuera un acosador, pero... Bueno, es que soy tímida.

sábado, 29 de diciembre de 2018

Si un día no vuelvo

Todos los dias salgo de casa.
Pero ningún día se si volveré.
Si volveré sana y salva, viva, o si volveré violada, maltratada, humillada, o incluso perseguida hasta mi puerta.
Quizá un día no vuelva.
Quizá un día sea yo la que aparezca en las noticias.
Y quizá esto lo pensaban todas las que no volvieron.
Si un día no vuelvo,
pido que todas mis hermanas salgan a la calle, porque yo no me callé, y si me callan, que ellas griten por mí.